Placer escondido en los entresijos de la mente,
en la llamada de la voz del subconsciente,
que conoce secretos capaces de estremecer el cuerpo,
como títere al que ata el deseo,
con hilos del pensamiento más
perverso,
o el sentimiento más puro y
honesto,
ocultos en lo más profundo del
corazón,
al lado, de nuestro verdadero yo.