16 de marzo de 2016

Nunca...

Nunca pienses que me has perdido,
aunque alce la voz en un adiós,
suplique de rodillas al olvido,
o entre lineas, me de por vencido.

Pues sólo, es un simple arrebato,
de quien no te tiene entre sus brazos,
de quien anhela el sabor de unos besos,
que, tan sólo, se haya en tus labios.

La pataleta de un inconformista,
que añora perderse en tú mirada
y se atreve a echarte la culpa,
antes de reconocer que te echa en falta.