17 de marzo de 2016

Dulce Locura

Hay una alcoba vacía
que espera con mí nombre a la puerta
en algún alejado manicomio
para mentes sin solución.
Pues sé que estoy loco,
lo que hago no es de cuerdos,
abro ante todos el pecho,
dejo al descubierto sentimientos.
Pero prefiero enfrentar los tormentos
con la libertad de una voz en el viento
a ser reo, fiel borrego
y dejar ideas excluidas en silencio.
Pues las palabras dan refugio
a esta alma sin verdadero hogar
que vaga en pensamiento por el mundo
en busca de su auténtico lugar.