Por qué espero la llamada que nunca llega,
el sobre con la invitación que se perdió
entre los tal vez, quizás o más tarde
de una fiesta tachada ya del calendario.
Cómo doy otro paso al frente
si vi la puerta cerrada del jardín del Edén
de donde me expulsaron más de una vez,
donde dijeron que no iba a volver.
Cómo lucho otra guerra
cuando no cicatrizaron las heridas
que cuerpo y alma recibieron en la anterior
del filo que encima blandí yo.
Cuando me sé medio hombre
sesgado aun en partes
en proceso de dura rehabilitación,
con el espíritu con más sombras que brillo.
Cómo jugar una partida de la vida
en la que solo participaría para ganar,
pues no hay sobre este mundo otro premio igual,
cuando tengo malas cartas con que apostar.
Cartas que descarte sobre la mesa,
aunque guarde la de la paciencia,
pues a quien sabe esperar
dicen que la vida le suele compensar.
