Dime que
es el último
y bésame,
para poder
morir en tus brazos
con el
sabor de tus labios.
Mata mi
esperanza
con una
despedida,
con una
simple caricia en la mejilla
que ponga
final a esta vida.
Esta
vida de espera
frente a
una antigua hoguera
que no
calma el frío
provocado
por tu ausencia.
Arranca
de mi pecho
cualquier
fe
que en
este iluso sueño
me haga
volver a creer.
Ven y libérame,
haz
polvo este sentimiento,
pues yo
no puedo
y tampoco, puede el tiempo.