No os hablaré de mi, este es un pequeño espacio para compartir. Para compartir el amor por la literatura,
para compartir el sentimiento que la palabra me provoca.
Nació a finales de 2015 sin intención sin forma sin cuerpo
sin tener claro un por qué. Como una válvula de escape para dar voz al
silencio. Como un cuaderno, abierto al mundo, donde exponer un poquito de todo,
a mi manera. Donde reescribir aquel viejo poema que me dio la vida. Donde
cambiar los puntos y las comas a la canción que me hizo bailar. Donde editar el
guion de la historia sin destino. Donde expresar libre la voz de mi pecho, de
mi mente, de mis pesadillas y sueños…
Un pequeño espacio que dio lugar a una necesidad del corazón…
Que dio latido a una parte indispensable de mi alma… Que dio un hueco a la pluma
que habita dentro de mí… Que dejó a la imaginación participar en mi vida… Que
no busca nada, ni tan siquiera pretextos, para existir…
Y ha crecido, a lo largo de los años, poco a poco, página a
página, entrada a entrada. Hablando, callando, aprendiendo. Cogiendo cuerpo.
Marcando su ritmo. Dando forma a su ser, a su voz… Sin aferrarse a nada,
desprendido, de mí, del mundo. Entregándose, a mí, al mundo. En el cuerpo de un
reflejo, en su propia realidad al otro lado del espejo.
Una realidad que ajusta sus prioridades, el motivo de su
existencia; que cambia su apariencia con el tiempo. Que evoluciona despacito
intentando mejorar en la próxima letra, en la siguiente frase, en un futuro
verso. Una realidad con infierno y cielo, donde la voz huye del miedo. Una
realidad donde aplaudir, donde recordar, donde compartir el alimento, donde celebrar los
maestros del universo que inspiraran, enseñan, iluminan, ilustran... Que nos acompañan...
Una realidad que espero disfrutes, como disfruto yo al compartir...