Quién dice que la culpa es algo malo
cuando es el único sentimiento valiente
que se atreve a llamar la atención del alma,
la única que no deja tranquila la mente
cuando algo altera la paz interior,
como trueno que surca el llanto del cielo
e inquieta el espíritu con su rugido,
o el zumbido invisible que surca la noche,
hace imposible conciliar el sueño.
Con solo una manera de que guarde silencio,
enmendar lo que incómoda a su voz,
actuar en consecuencia
hasta que halles el perdón
que solicita... Tú propio corazón.