Sopla
traicionero el viento,
arrastra mi alma cansada,
sin fuerza,
sin voluntad,
sin ancla en
la deriva,
sin tierra
en el horizonte,
sin aves que
alivien el corazón,
que revivan
la esperanza,
enciendan el
brillo en la mirada,
indiquen un
nuevo destino,
me alejen
del naufragio seguro,
de los
arrecifes de perdición,
de la
catarata del olvido,
del abismo
que todo lo consume,
de la eterna
caída,
del rumbo
que tomó mi vida.