6 de mayo de 2017

Guerra Y Paz

No puedo parar la vida
ni frenar o retroceder el reloj,
pero no quiero desandar camino
ni barrer la arena del tiempo
que pesa sobre mi alma,
aunque un par de detalles
los pintaba de otros colores
y les sumaba un par de palabras.
Cosa fácil de decir
sin que perder a la espalda,
cuando el momento ya marchó,
para bien o mal del guión
del día a día
de quien mira atrás y sigue,
y abraza cada minuto y año
entre el buen recuerdo
y el sabor de los aún no escritos
con la experiencia bajo el brazo
de dos inviernos y un verano,
más media primavera
que conserva la mejor flor.
Porque son dos o cuatro ratos
bajo el Sol
los que tiene libres la mirada
y se pierden en un suspiro
a susurros de viento y marea
o lágrimas bajo la tormenta,
cuando en el pecho
suena despierto y vivo el latido,
cuando el corazón aún quiere
guerra y paz,
y todo está aún por comenzar.