8 de mayo de 2017

Cielo Y Tierra

Hay bendiciones a diario
en cielo y tierra,
pero ninguna
como conocer en esta vida,
en un tropiezo, en un regalo
un motivo para sentir
que va con pan bajo el brazo
y tarta de cumpleaños
a cada minuto cumplido
con sus velas y el festejo
entre canciones y recuerdos.
Y yo, soy afortunado
por guardar un latido vivo
sin soga de dolor y silencio,
con su verdad dicha y a medias
que aprende del viejo tiempo
a no sufrir lo que quiere,
a poner en juego sin juegos
el pensamiento o el corazón
dando sin esperar
al ciego, al mudo, al sordo,
a los ojos, a la lengua, al oído
un capricho de la voz del alma
sin miedo al destino y su palabra.