7 de mayo de 2017

Estandarte

Comienza el camino
cada día
con el guiño del Sol
sin cruzar las cortinas
en los ojos aún dormidos,
en la alcoba vacía
y llena
de la noche y el sueño,
donde yace la piel ausente
de tus manos y su caricia
y del vértigo de tus besos.
Pero gira la rueda
y el calendario pierde hojas,
mientras late el corazón
entre propósito y razón
de una locura de mil colores,
con el juego en la calle
al ritmo de las aves,
con el posible en la esquina
a dos pasos y un salto,
y con todo un universo
aún por descubrir a los ojos
del soñador despierto y loco
bajo el estandarte del alma,
de tu voz, de su palabra.