No quiero, no pretendo
una mujer que me cueza la vida
sino que la enriquezca,
aunque suene a anuncio
y deba, si alguien se entera,
pagar indemnización de entrada
por copiar cuatro palabras y media.
Aún qué más da
si dice lo que quiero y pienso,
si pone en su sitio el sentimiento
y advierte al resto
que no busco doncella ni madre
que sirva mi vida a diario
salvo
en besos y caricias sobre la piel,
en te quieros, te amos al oído
cada mañana en primera sonrisa
que vea amanecer por alba,
que alimente mi alma.
Y después de tanto tiempo
sigues a la cabeza de toda lista,
de la baraja de nombres
en escalera real de corazones
que te tiene por As
sin que nadie te baile el puesto,
ya vista de Reina
o crea haber caído del cielo,
que sé... Tu exclusivo dominio.
