7 de marzo de 2017

Hacia Delante

A veces no queda más opción
que coger el siguiente tren,
que esperar en la estación
la hora y el minuto
con la mirada entre andenes
y desconocidos sin rostro
o, tal vez, si alcanza la fuerza
ser tú
quien conduzca el camino,
quien haga Chuuu-chuuu,
aunque vayas a pie sin raíles
ni cartel que ponga el destino
salvo en el brillo de los ojos
o en pinceladas por sonrisas,
con el recorrido aún por escribir
sobre mapas en relieve
con más montañas que piedras
para quien sueña
con el paso hacia delante
sin poner flechas a carreteras
en busca del Sol,
de la Luna y las estrellas,
de saciar el hueco del corazón,
que hasta lleno pide,
entre paisajes de postal
o ciudades con recuerdo.