Cuando no pienso
suelo decir locuras
y cuando sí también,
pues que más da,
si la cordura está fatal,
si el mundo es un caos
que todos ignoramos
en miradas, en ojos
sin compromiso
donde no rezamos
ni vamos a dar mano,
donde no nos esperan
ni pensamos ir,
con el ego
siempre a cubierto,
en el pecho,
no vaya a ser
que se despiste,
que haya que correr,
dar la espalda
a algún fantasma
que pida, que ruegue
una buena voluntad
o una amable palabra.
