Hay sonrisas
escritas con nombre propio
y la de mi rostro
por bendición tiene dos,
que nunca fallan,
que nunca faltan,
pero no sé
cuál colocar por apellido
pues bailan sin pedir permiso
y aparecen de la mano,
aunque una es mía
que piensa en sueños
y la otra prestada
por la luz del mayor de ellos.
"La poesía no necesita adeptos, sino amantes" Federico garcía Lorca