9 de marzo de 2017

Hijos

Las estrellas hablan
en luz sin descanso
como islas únicas,
excepciones solitarias,
Sol de mundos
de los hijos de Dios,
mientras susurran juntas
entre constelaciones
con alma y jarras,
con osas o fieras,
con vías por caminos
que giran sin dirección
en constante adiós.
Pero tú y yo
descendemos por hijos
con el cielo en bendición
y un apretón de manos
para recibir el universo
con blanco y negro
más su infinito color
por primo lejano,
tío segundo o tercero,
y si te pones
hasta por adoptado
de nuestro Dios Sol,
pues lo mismo da
que da lo mismo,
cuando abres los ojos
y sobre ti
observas el infinito
con todo escrito
y todo aún por escribir.