5 de marzo de 2017

Tinta

No soy poeta
ni jamás pretendí serlo
más lejos del sueño,
del corazón crédulo
de un crío entre letras
que creció,
que se vistió de adulto
entre calles obligatorias
y muros de contención,
en un mundo hostil
a mostrar sentimientos,
al hombre que llora
sin armadura o escudo
y acusa la nostalgia
un día entre nubes,
más
si parece caballero
de batallas sin derrota,
adonis sólo de sueño,
avatar del capricho,
pero te conocí a ti
para vencer el miedo
y no ocultar las heridas,
las caídas,
para dar paz a la tinta
en libertad sin poesía
con la pluma por espada,
aunque tardé mucho
en ser honesto
con la voz en mente,
con el latido por razón
que habla a diario
desde hace años
bajo sonrisa o lágrima
y siempre sobre el amor
perdido o por encontrar
en fuente de inspiración.