Tras ti
quedó…
Un
mundo yermo y estéril
desamparado
de color,
un ensordecedor
silencio
en la
marcha de tú voz.
Una azarosa
y aciaga vida
en el
vacío de tú ausencia,
tras la
partida de tú sonrisa,
de tú
dulce compañía.
Un mar
de nostalgias
nutrido
por ríos de lágrimas
nacidos de la gran laguna
nacidos de la gran laguna
que es la
falta de tú mirada.
Y un hueco
en el pecho
con eco propio
que repite tú nombre
con eco propio
que repite tú nombre
donde
estaba mí corazón.