28 de abril de 2016

Sin Huida

No hay rincón, esquina o silencio,
tiniebla, bruma o sombra,
páramo donde me pueda esconder,
no si huyo de mí, si huyo de ti,
de la batalla contra el recuerdo,
de la voz que araña el espíritu,
del sentir encadenado al corazón,
de la llama encendida, el faro de luz,
del deseo, del anhelo, del sueño.
No, no hay escapatoria,
no hay posible evasión o fuga
de la prisión de la memoria,
del grabado imborrable del alma,
de la verdad escrita a flor de piel,
de la caricia de la nostalgia,
del abrazo gélido de la ausencia,
del dolor constante en el pecho
por haber perdido tu amor.