Tras una sonrisa, tras una lágrima,
tras un amuleto que danza entre dedos,
tras el filo capaz de cortar el tiempo,
tras palabras perdidas en un diario,
resguardado a la sombra de un viejo árbol,
caminando por olvidados senderos,
en la mirada que viaja en la lluvia,
en el aroma a pueblo, a casa de abuelo,
en el reconfortante crepitar del hogar,
en los silencios que ofrece el mundo
aparecen sin llamar los recuerdos,
salvo los tuyos,
que siempre me siguen sin descanso.