No puedo ofrecer el
mundo,
poner a besar tus
pies mil tierras,
montañas, ríos,
bosques, praderas.
No puedo agasajar
tu mirada
con viajes entre
bellos paisajes,
lugares de magia y
ensueño.
No puedo acompañar
tu sonrisa,
vestir la dulzura
de tu cuello
con la joya más
preciosa.
No puedo conquistar
tus sentidos
con un jardín de
refinadas rosas
sobre sabanas de
delicada seda.
No te puedo
cortejar como a reina,
aunque quiera,
aunque lo merezcas.
No puedo prometer
nada,
salvo
un corazón que cree en amor
y un alma llena de esperanzas.