De quién es el rostro en el espejo,
esa mirada
encendida en fuego
que impone al
mismo universo,
de quién es el
reflejo que veo,
el hombre tras la
sonrisa
que enfrenta la
vida con alegría.
De quién es la imagen
que debería ser mía
cuando es contraria a la verdad.
Acaso es un portal a otro mundo
donde todo está del revés,
donde vencí miedo y temor,
donde no sufrí,
donde realmente soy feliz,
donde, tal vez, ella este a mí lado,
nunca se fue, jamás se marchó,
donde la vida es plena,
no me abandonó la ilusión.
O es una parte de mí
que quiere llamar la atención,
que brilla en los ojos
mostrando la luz del alma
solo para hacerme pensar
que no soy quién quiero ser.