25 de abril de 2016

Dónde

Dónde queda el vacío,
el limbo de las páginas no escritas,
la biblioteca de los libros en blanco,
de las palabras que no alcanzaron el papel,
que no obtuvieron su forma en tinta,
no danzaron entre dedos libres de miedos,
besaron el cielo en aviones de papel,
surcaron el mar en navíos de cristal.

Dónde queda la silente voz interior,
la queja del corazón dolido,
el discurso sin sonido ni público,
el grito que yace junto al árbol caído.
Dónde queda lo no dicho, negado, oculto,
la mentira, la verdad, el secreto,
dónde queda la prisión
que retiene, amordaza la libertad del alma.

Dónde corto la soga que ahoga el cuello,
dónde encuentro al verdugo,
al juez que ha impuesto condena,
al jurado que apoyó la pena,
al público que aplaudió el castigo,
dónde he de ir para pedir clemencia,
para que revisen sentencia,
liberen el ánima del purgatorio del silencio.

Dónde he de ir
para redimir el pecado, perdonar el pasado,
librar al espíritu de las cadenas del tiempo,
dejar de ser peregrino mudo,
reconciliar en un beso luz y oscuridad,
dejar de ser esclavo de las sombras,
emanciparme de los prejuicios del mundo,
ser dueño de mis propios sueños.