2 de julio de 2017

Única

Tanto silencio atado en corto
que dice te amo
no se esconde por cobardía
entre mis labios y mis ojos,
pues rompe en el espontáneo
de una sonrisa, de un suspiro
sin miedo al Sol del cielo
o a la curiosidad desconocida
en brazos de alguna mirada
que cruce mis calles y pasos,
que acaricie la muda palabra
de un rostro ilusionado.
De una locura entre latidos
a realidades y sueños,
a verdades y mentiras
entre las raíces auténticas
que florecen desde el alma,
desde el interior a luz y lágrima
en el fértil del ser,
donde prevalece siempre la fe
que no renuncia a la vida
en saltos suicidas o negativas,
vengan de parte del destino
o a empujones del infierno
bajo el azote de los deseos.
Con las líneas bien definidas
y los vacíos por ecos en blanco,
por lienzos de la imaginación
para alguna historia o cuento,
para reescribir el tiempo
a antojo, a capricho, a nombre
de la ilusión sincera del pecho
que secuestra los paseos
y pensamientos bajo estrellas
a esperas siempre de la Luna,
de la Dama única
que sustenta la voz del corazón,
la tinta que habla del amor.