27 de julio de 2017

Desde

La vida va sobre los pies
sin cauce o raíles
que digan donde ir o llegar,
que marquen el camino por ley
con el destino impuesto,
con la dirección atada en corto.
Y puedes, si quieres
besar el cielo a ras de las nubes
o caminar el mar a milagros
con una sonrisa entre los labios,
con el brillo residente en la mirada
sin más ropa que la piel del alma.
Sin lágrimas para pedir
como dicta el viejo y cruel refrán
que da por cansado,
por perdido
a quien llora cada dos palabras.
Con el corazón al puño
en desnudo a sangre y latidos,
en puertas a verdades y rabietas
frente al miedo y la duda
junto a la libertad y la imperfección
de no saber más allá de los ojos,
de sólo oír el silencio en el interior.
Y palpar el misterio al momento
con todo por descubrir,
con todo por aprender desde cero,
desde más uno o menos cinco,
desde el infierno o desde el paraíso.