Entre paseos, entre senderos
me pierdo, me encuentro
al son del viento,
del ave en libertad
y el resto de voces del silencio.
Y voy, y vengo
del mundo, del sueño
que dicta, que dibuja, que es,
la palabra, el pincel, el ser.
Donde alcanzo las estrellas,
las aceras son briznas de hierba
y el Sol de quita y pon
a un guiño de la imaginación,
al margen del ruido y el destello,
que nazca de alma y corazón.
Con los deseos sin máscara
y las siluetas vestidas a piel,
al desnudo frente al querer,
frente la voz subconsciente
que no oculta ni evita el índice
de título en título
siempre dentro del mismo libro.
De la novela de una vida
en detalles a la realidad y ficción,
con todo por hacer y decir,
con todo por descubrir y aprender,
y el latido al rojo
en la ruleta que ofrece Amor.
