14 de julio de 2017

El Todo Y El Poco

Sé jugar a piel
con la facilidad de una mirada,
pero y qué
cuando no me llena el pecho,
cuando todo sigue igual
al final de la tirada de dados,
y el alma pide conversación
para el silencio del corazón
tras tanta belleza muda
que dice mucho y no dice nada.
En un mundo de fachada
con el ojo primero en la lista,
siempre, para gustos y colores,
que come y pide a parpadeos
el sueño espontáneo, el deseo
de una imagen atada al tiempo,
de una flor que perderá el pétalo.
Con final en polvo o cenizas,
con el legado por semillas,
por lágrimas, por lluvia,
por susurro oculto tras el viento
en único auténtico
que no prevalece bajo pirámides,
que nace de dentro y no a ras.
Para besar la eternidad
con los dedos bien entrelazados
en una verdad, en una realidad
que sustente el todo y el poco
de ésta vida que se vive a trozos
en segundos y minutos,
en momentos o instantes,
en pasado, presente y quién sabe.