Puedo parar frente al horizonte
y descansar los ojos ,
mientras camino el ayer y el hoy
con el mañana a la vuelta de la esquina,
con los pies quietos y en movimiento
mientras bailo con mi sombra
bajo el Sol o la luz de una farola
y puedes sumar algo de lluvia
de mano de la locura y una sonrisa
con los oídos puestos en la vida
y en su canción enamorada
al son de aves o alas del viento,
de la marea o su voz en caracola
que no entiende de tierra adentro,
de distancias con el mar de sueños
vientre de los hijos del mundo,
del verde y del azul,
frente al rojo fuego de la creación
que quedó, que queda en el pecho
de cada piel, corteza y piedra,
de cada alma que reza viva
por amor
o algún capricho incomprendido
que sea motivo y sentido de latido,
de otra huella sobre la arena
o sobre el polvo de un viejo camino
antes que bese la última noche
y termine la fiesta entre colores.
