14 de abril de 2017

Derrotas Del Olvido

No pienso ni discuto
cuando el día amanece nublado,
porque la vida son dos ratos
y la luz que vale sabe a beso
abanderada entre los labios,
aunque la del Sol no sobra
como no sobra la sonrisa de Luna
ni el baile de estrellas
por purpurina del cielo nocturno,
por fiesta para la mirada
y para la pluma enamorada.
Pero si faltan por baja,
por vacaciones estacionales,
se pintan en los ojos soñadores
que guardan un corazón de niño
sin fronteras ni ausencias
gracias al pincel de la imaginación,
porque es tan simple como querer
y aceptar un mundo sobre otro
de lagunas llenas y grises a color,
donde crece el ladrillo y el cemento,
donde el asfalto no acepta huellas
y seguir a pie y caminando
es la única manera de llegar
hasta donde diga quieto el destino
sin saber que fue ilusión o verdad,
sin otro rastro que el tiempo
y los fotogramas de recuerdo
entre parecidos y paréntesis
que acepta incluso abrir comillas,
porque la mente es un revoltijo
cuando abre cajones y baúles
donde faltan piezas y tornillos
de la locura que es vivir la vida,
aunque haya derrotas del olvido
cada día
a nombre de la tinta del sueño,
del latido que calma el pecho
con lo mejor de ayer en hoy
al precio de un alma sincera,
de una voz que no calla disculpas
ni antojos por capricho,
cuando despierta pisa la tierra.