25 de septiembre de 2017

Ni Piedad Ni Perdón

Te esperé... Ayer
en la barra de aquel bar,
donde nunca fui.
Pero salí de allí
sin decir siquiera adiós,
sin mirar el reloj
con la cuenta pagada
y la mirada
puesta en las estrellas y el Sol.
Con el corazón en paz
vestido de amor...
Gracias a ti,
que me enseñaste a sufrir
de querer
para no pensar jamás
en volver.
E hice tesoro
la enseñanza de tus ojos,
sin flaquear
en las nostalgias de Otoño,
en los silencios de Invierno
para ser otro y ser Yo
a pleno pulmón
sin escatimar en sueños
ni buscar piedad o perdón.