22 de septiembre de 2017

Espirituosa

A cal y canto
cerraré la puerta,
a tú salud sin brindis,
con un adiós sin palabras
para no volver,
para que no vuelvas.
Y llamarás mi atención
en labios ajenos
entre copas y risas
como nectar y veneno.
Para continuar jugando
conmigo
día a día sin escarmiento,
y perder.
En una partida sin fin,
en el camino de mis pies
que pasa junto a ti,
aunque no quiera
ver tus mil rostros por ahí.
Siempre frente a mi,
de fiesta sin vivir,
con la mala intención
de dejarme caer,
de no querer aceptar el no.
Tras una voz desconocida,
una situación sin buscar
y el qué más da
de la huída social
que aprueba mi perdición,
el lastre de mi ser
con normal convicción
por espirituosa religión.