12 de septiembre de 2017

Dama Celestial

Mil veces,
y alguna vez más,
me equivoco,
o no,
y cojo el camino que no es,
o sí,
en un pronto loco,
en una cordura sin sentido,
a un descuido del destino.
Y me pierdo,
y giro en la primera esquina,
donde la razón no alcanza,
donde no ve el Sol
mis ojos, mi sonrisa
coquetear con la Luna,
con la dama celestial,
y querer,
y amar,
y bailar la noche a sueños
con el alma al desnudo
a ras de cielo,
a ras de piel,
sin dormir hasta el amanecer.