Pasan de largo las estaciones
y cada día el Sol por el cielo
a un giro del cuello
del mundo y sus pensamientos.
Sin frenos, pausas o retroceso,
sin saltos ni máquinas del tiempo
que nos vuelva jóvenes en experto
frente cada nuevo paso.
Y caen las ocres arenas
que dibujan el ocaso,
que viajan en mares y mareas,
al son de la Luna
y del viejo peregrino nocturno
bajo capa de polvo de estrellas.
En hilo de algún sueño,
o en conocimiento despierto
entre líneas de pluma insomne,
de vuelos hacia el horizonte
a viento sobre aviones de papel.
Con la imaginación ciega en tinta
tras el latido de alegres festejos,
tras el brillo en ojos del ser.
"La poesía no necesita adeptos, sino amantes" Federico garcía Lorca