9 de agosto de 2017

Medianoche

No tengo prisa ni pausa
ante la hora de la verdad,
ante la campanada de medianoche,
pues no calzo pies de cristal
ni iré en calabaza por carruaje.
Y espero
la noche rodeada de estrellas,
la Luna enamorada del cielo
a una libertad de los ojos,
a una caricia de la mirada.
Entre bocanadas de silencio
al dulce del pensamiento.
De la imaginación desatada.
Con el horizonte por moldear,
con el sueño a dos pasos y un pie
antes que bese el amanecer,
que la realidad haga Sol la piel.