2 de agosto de 2017

Balcón

He buscado entre balcones
cuál me acercaba más a la Luna,
para intentar llegar a su oído
en un te amo
por regalarme paz en las noches.
A solas o entre estrellas por aves
de sueños en la distancia,
de fugaz deseo entre los labios
que pide un diminuto nombre.
Para que no pase inadvertida
la voz silenciosa del alma,
ante tanta carrera a la caída,
entre tanto bullicio al viento,
con el grito a caricias de pluma.
Con el riesgo
de la palabra dicha sin regreso,
en arrebato a la mentira
o verdad con deseo y florituras,
para decorar las conversaciones
que robaron el pensamiento,
que dieron sangre al corazón
sin llegar nunca a besar la vida
o jugar a cara o cruz la sonrisa.
Con los ojos puestos en el aire,
en la libertad entre latidos
por capricho, deleite y descanso
o, tal vez, cobardía,
de los malos días para la lengua
mordida tras besos y te quieros,
escondida, pero sin dudas
al te amo que habita fiel el pecho.