5 de junio de 2017

Ríos Y Mareas

Existe perdón
para cada pecado consentido,
para cada falta cometida sin lógica
e incluso de manos de la razón
un día de nubes en el corazón.
Pero no hay vuelta atrás
en una confianza herida a fuego
o bajo la espada sin nombre
de doble filo,
que sesga en distancia y silencio
con la compañía de la mente en voz
en un revuelto de ideas al capricho,
al castigo de las neuronas en gris.
Porque toda semilla crece
y aprende a beber la luz del Sol,
del manantial de la vida en verde
sin querer trepar al cielo en infierno
para padecer calvicie de flores.
Mientras el viento trae tormenta
al tiempo que también se la ventila,
en jirones de azul sobre las sombras
que en lágrima alzan el mundo
para custodiar cumbres en blanco,
para descansar entre ríos y mareas.