15 de junio de 2017

Burbuja

Al guiño de una farola de bar
en el callejón de atrás
las caladas dibujan el aire
con un nombre entre los labios,
con una silueta en mente,
por sueño de ojos despiertos
con la espalda sobre la sombra.
Mientras, queda sordo el piropo
y en descuido una mirada
que la noche trae entre damas,
que viene igual que se va,
sin pedir permiso,
sin tener piedad
con los reos de la nostalgia
que ni si quiera ven la vida pasar
en la burbuja de un ayer en hoy
que labra su propia soledad.
Pero aún sonríe el recuerdo
en presente y ausente,
en una locura incomprensible
para el rostro condenado o preso,
o quizás entregado sin remedio
por sustento del corazón
al latido que reza y grita Amor.