3 de julio de 2018

Recreos

He subido montañas
con medio palmo de metro
en descansos de media hora
y navegado océanos
a vela y a remo
saltando sobre charcos.
He resuelto laberintos
de cuento y baldosas
de camino a la compra
de dos bollos y cuatro vienas.
Y surcado estrellas,
besado la Luna
y visitado mil un planetas
una mañana de lluvia
en ventanilla
en siete estaciones y un billete.
He disfrutado
bajo la piel de más de un traje
con tres esposas y cinco bodas
en seis rondas y cuatro bares
con más agua que vino
en una fuga, en un respiro.
Y oído música
en palabras de la tormenta
sin paraguas ni chubasquero
bajo una cascada de caricias.
He vivido
de cuerpo y pensamiento,
de piel y corazón
con la imaginación libre
de pretextos
a parecer loco, absurdo, necio,
a dejar huir un instante de luz,
la oportunidad de sonreír
en el juego de pausas,
en el tiempo entre distancias
que recrean la voz del alma.