11 de julio de 2018

En El Camino

Hice el petate
a medio llenar
una madrugada de Invierno,
una noche de insomnio,
y lo llené de recuerdos,
de sonrisas,
con el peso exacto
de la pluma
y un trozo de papel,
para no desequilibrar
el paso de mi alma.
Y dejé atrás las lágrimas,
las nostalgias de Otoño
en un cajón lleno de olvidos,
de retales, de rotos,
junto al dolor
que extirpé de mi corazón
a través
de las heridas abiertas,
de los poros de mi piel.
Para volver a saltar,
a bailar, a correr, a reír.
Para vivir
rápido y lento,
para navegar libre el viento.
Sin la corbata del miedo
sin las cadenas del destino.
Y puedes encontrarme
en el camino
hacia todos y ningún lugar,
hacia el Sol, hacia la Luna,
hacia el infierno,
hacia el Edén.