6 de julio de 2018

Bad Boy

Soy el chico malo,
la oveja negra,
el cordero extraviado
o eso dicen
a primer vistazo,
aunque nunca
me hizo el hábito
ni vestí de seda
los defectos de mi traje.
Y he sido malo,
oscuro
y he estado
más perdido que hallado
en el fondo de un vaso.
En callejones sin salida,
malos barrios,
compañías de un rato.
Pero no soy
un matagatos
al gusto de nadie
aunque en vez de uno
fueran cuatro.
Porque tengo muescas
de buenas victorias
y pago
las facturas del pasado.
Sin el remordimiento,
la culpa
de querer hacer daño,
con la conciencia
tranquila y honesta,
pero sin escusas
a mi mano en el fuego,
a mi dedo en el gatillo,
a la víctima, al herido
por culpa de mis pecados.
Y perdonen
mi osadía
si cada día sigo adelante
si sonrío a la vida
en disculpa
a mi sediento olvido
sin el recuerdo amargo
de la soledad, del silencio,
sin la pesada cruz
de saberme crucificado,
de saberme en el infierno
tras el tercer dia,
tras el tercer año
de resucitar de la muerte,
del suicidio
el latido,
la voz,
la flor,
la fe
de un corazón herido,
de un corazón sacrificado.