He practicado la meditación,
he buscado la paz interior
y oído mi corazón,
latido a latido,
para hallar mi propia religión,
la voz, la luz,
que destiña el negro en azul,
la noche en Sol.
Y encontré un pequeño rincón
de silencio y libertad
al margen del ruido
de la maquinaria de la realidad.
Un pequeño rincón personal
con biblioteca de recuerdos,
salón para té y sueños,
terraza para respirar el cielo
y habitación
donde juega desnudo el deseo.
Un pequeño rincón
a veces solitario, a veces lleno.
Un pequeño rincón
que a veces
es más grande que el universo.
