20 de julio de 2018

Caminos Dorados

Me quemé más de una vez
por jugar al amor,
por jugar contigo
y apostar el corazón.
Me quemé
en la hoguera de tus labios,
en el incendio de tu piel
por creer en la suma de los dos,
contigo al margen de la ecuación,
de querer
algo más que un baile sin canción.
Y andé náufrago un mar de cenizas,
con los ojos rojos por el humo,
con el alma negra sin dibujos.
Sin color.
Sin ti.
Perdido
en una noche sin estrellas del Norte,
sin rumbo en la voz.
Hasta que halle la pluma, la llama
de la resurrección
oculta a los ojos... En mi interior,
entre los dedos de mi alma
pincelando sobre la oscuridad
garabatos en blanco,
caminos de baldosas dorados
con dirección a la valentía,
al libre pensamiento,
a latir de nuevo
desde dentro
y colorear la vida llena de sueños.