El Acento

Somos
ese incomprensible camino
que no conduce a ninguna parte
y pasa por todos lados
de manos de los sueños
a orillas de la marea desatada,
a lomos del viento resuelto.
Con la Luna,
con el Sol
abrazados en el firmamento
a un guiño de nuestros ojos,
a una indicación a coro
del corazón abierto de dos locos.
Con la aurora para bailar
la imaginación desnuda,
para desatar nuestros pies
al son de la cigarra y el grillo,
de la noche y el cántico mudo
en letra del silencio
a un beso
siempre
de dar acento a la voz del cuento.

En Silencio...

Deja que me entregue
en silencio y despacito
como entra la Luna en la noche,
como nace el arroyo
en la soledad del deshielo.
Sin prisa sin pausa,
natural,
con el rumbo a favor.
Cuesta abajo hacia la cima
entre los valles de vida,
entre las piedras y orillas
hasta besar el mar
y atracar al puerto
de la serenidad de tus labios,
del fuego del hogar.

Me Rindo

No me hagas ojitos
y dime que quieres
al oído,
pegadita
contra la voz de mi latido,
que me rindo
sin condiciones ni vencidos
sin bandera blanca
desde la paz de mi trinchera
en vida, en guerra, en obra
con la pluma afilada
y tu diana fija
a dos palabras de mi retina.
Con las armas cargadas
para toda la vida
y el dedo listo en el gatillo
a disparos, a ráfagas
de besos,
de mil en mil y una caricia.
Que sabes
que me vences
con sólo salir a bailar
a orillas de los sueños rotos.
Que me ganas
cada mano sin truco
y sin ocultar el as de tus ojos.
A éste loco
de corazón enamorado,
a éste soldado en filas
bajo estandartes del Amor.

Soy... Tuyo

Soy de la vieja escuela,
del cara a cara
y que me tiemble la voz.
Del siglo pasado y su credo
con las verdades a los ojos
cuando habla el corazón.
Cuando las respuestas
cortan el aire
a vida o muerte
con los latidos a la cabeza
en la guerra del amor.
Aunque haya más caminos
para llegar a tu oído,
para besarte
con la palabra del silencio
que grita mi interior.
Aunque se preste la Luna
a juntarnos en la noche
para decirte te quiero
desnudos en algún sueño.
Aunque sea tuyo cada día
...
Y lo sepas
sin hacer falta que lo diga.

Creo

Cuando estamos Tú y yo
a un susurro de romper el silencio,
a una mirada de la verdad,
lejos del murmullo sin nadie alrededor,
al margen de la vida y de la razón
creo
que el mundo está hecho para nosotros,
de este a oeste, de norte a sur,
con sus desiertos, montañas y mares,
con sus bosques, praderas y lagunas,
con sus acantilados y sus escollos,
con sus barreras de corales y colores.
Y creo
que somos invencibles,
que podemos batir la mano del destino,
la voz del diablo
y la guadaña, de la muerte y el olvido.
Cuando nos besa el universo
y se presta la Luna a reír travesuras,
cuando nos miramos el uno al otro
y nos alcanza despiertos el Sol
creo...
Que puede ser lo nuestro,
que todo esta en el lugar correcto
con la luz de nuestro lado,
con el viento a favor
y las mareas tocando nuestra canción.

He Querido

He querido poco,
he querido mucho,
lento y despacio,
rápido y fugaz.
De menos y de más,
a bocanadas
y sin poder respirar.
La piel y el rostro
y caretas sin disfraz,
almas y voces,
fantasmas y grilletes,
ángeles y su libertad.
Y querido
mentiras de verdad,
sueños de porcelana,
grietas de oro
y pasiones de cristal.
Y también
envidias y caprichos,
ilusiones de soledad,
espejismos de paz.
Cárceles al Sol,
desiertos de sal.
He querido
y tenido...
La suerte de Amar.

Caminos Dorados

Me quemé más de una vez
por jugar al amor,
por jugar contigo
y apostar el corazón.
Me quemé
en la hoguera de tus labios,
en el incendio de tu piel
por creer en la suma de los dos,
contigo al margen de la ecuación,
de querer
algo más que un baile sin canción.
Y andé náufrago un mar de cenizas,
con los ojos rojos por el humo,
con el alma negra sin dibujos.
Sin color.
Sin ti.
Perdido
en una noche sin estrellas del Norte,
sin rumbo en la voz.
Hasta que halle la pluma, la llama
de la resurrección
oculta a los ojos... En mi interior,
entre los dedos de mi alma
pincelando sobre la oscuridad
garabatos en blanco,
caminos de baldosas dorados
con dirección a la valentía,
al libre pensamiento,
a latir de nuevo
desde dentro
y colorear la vida llena de sueños.

Sueño De Placer

Tu espalda contra mi cuerpo,
contra mis latidos,
mí voz a tu cuello
en susurros, en mordidas,
en palabras
no aptas para todos los públicos,
y mis manos
de peregrinaje y fiesta de caricias
en cada centímetro de tu piel,
recorriendo tus brazos, tu pecho,
dibujando tu silueta en descenso
a través de tu cintura,
poco a poco,
sin acelerones en las curvas,
siguiendo indicaciones por gemido
desde fuera hacia dentro,
desde atrás hacia delante,
hasta llegar a la flor de tu Edén
con tus manos a la espera
de las mías
jugando entre las piernas,
con la delicadeza de una pluma,
con las piezas
de dos almas entrelazadas,
unidas
bajo el mismo sueño de placer.

Palabra

Eres voz, eres silencio,
eres susurro y grito,
eres flecha y caricia,
el nombre, la firma y la carta,
la sangre de la línea.
Eres fruto y semilla,
la sonrisa, la lágrima,
la locura desvestida,
la aguja que enhebra la vida.
La tejedora del imposible,
la libre pensadora,
idealista y elocuente,
tartamuda e incomprensible.
La narradora de sueños,
la silueta de la pasión.
La salida, la entrada
al mundo de la imaginación.

Conocidos

Hemos jugado demasiados asaltos
y bailado más de una noche
como para no vernos venir,
como para no saber
que dicen nuestros ojos a escondidas
cuando miran por encima de las nubes.
Cuando hablamos al viento
en susurros de mil palabras y un cuento
para besarnos, para querernos.
Y me ves, y te veo
aunque nos acerquemos de puntillas
tan despacio como el silencio.
Aunque esquivemos la mirada
y adivinemos de oído
las cartas en mano y el As de la manga,
la jugada y el siguiente paso,
la siguiente línea en el tapiz en blanco.
Pues me conoces y te conozco
ese poco mejor que nada
lleno de verdades y secretos
que nos pone al descubierto, al desnudo
uno frente al otro,
aunque vistamos de largo y oscuro.
Aun disimulemos y el mundo nos crea.

Silencios

Hay silencios frente al juicio,
lenguas mordidas
que esperan la absolución al pecado
con cara de póker y mala mano.
Silencios
con la soga al cuello,
con la escusa del secreto
que viste de sombras la verdad.
Y silencios
que miran al cielo y escuchan el viento.
Silencios
que sueñan,
que laten,
que vibran en comunión con la tierra.
Silencios
sin culpa ni miedo en el hilo sin voz.

Pequeño Rincón

He practicado la meditación,
he buscado la paz interior
y oído mi corazón,
latido a latido,
para hallar mi propia religión,
la voz, la luz,
que destiña el negro en azul,
la noche en Sol.
Y encontré un pequeño rincón
de silencio y libertad
al margen del ruido
de la maquinaria de la realidad.
Un pequeño rincón personal
con biblioteca de recuerdos,
salón para té y sueños,
terraza para respirar el cielo
y habitación
donde juega desnudo el deseo.
Un pequeño rincón
a veces solitario, a veces lleno.
Un pequeño rincón
que a veces
es más grande que el universo.

No Quiero

Déjame fuera de tus travesuras,
déjame al margen del capricho
que escapa de tu piel,
que no quiero volver a tus redes,
que no quiero jugar otra vez
a desearte de arriba a abajo,
a beber de la Luna en tus labios
y verte desaparecer al amanecer,
trás él,
cuando la soledad ya no apriete,
cuando no necesites de mi ser...
Y deja
de venir armada de mujer
a la guerra de mi mente,
al encuentro de mis ojos
si tu intención es dejarme caer
después de vencer.
Porque no soy el comodín
de la noche, del silencio mordido,
de tu corazón herido
ni suplente
a la sonrisa que te haga tener fe.

Repetía

Si tuviera que elegir
repetía
cada lágrima, cada risa,
cada día de mi vida
sin miedo al dolor,
a las heridas
que laten bajo la piel...
Repetía
cada beso, cada caricia,
la espera
y cada noche perdida
que me hizo ser,
que me permitió soñar
con la luz del amanecer...
Y repetía,
también,
cada paso y mala huella,
cada tropiezo y caída,
por necio que parezca,
por estúpido que sea,
para no arriesgar
la mirada tras mis ojos,
la voz
que inunda mi interior...
Y repetía
una y otra vez
simplemente para ser Yo,
para ser el resultado
de las sumas y restas
que el destino
hizo y hará
resolver a mi corazón...

Deja

Hay amor, hay locura, hay pasión
entre Tú y Yo.
Hay un hilo de viento
que me une al latido de tu corazón.
Una voz,
un susurro de luz en ojos del Sol
que me transporta
a una caricia de caer en tu oído,
a un beso de recorrer tu piel...
Cada amanecer...
Cada café...
O deja que invente
si todo es producto de mi imaginación
si sueño despierto
con la magia que luce tu sonrisa,
con la miel de tu querer...
Porque enredarte es un placer
aún vistas sedas de bruma e ilusión,
aunque el mundo esté del revés
con todo en su lugar
sin que todo esté en su sitio real.

En El Camino

Hice el petate
a medio llenar
una madrugada de Invierno,
una noche de insomnio,
y lo llené de recuerdos,
de sonrisas,
con el peso exacto
de la pluma
y un trozo de papel,
para no desequilibrar
el paso de mi alma.
Y dejé atrás las lágrimas,
las nostalgias de Otoño
en un cajón lleno de olvidos,
de retales, de rotos,
junto al dolor
que extirpé de mi corazón
a través
de las heridas abiertas,
de los poros de mi piel.
Para volver a saltar,
a bailar, a correr, a reír.
Para vivir
rápido y lento,
para navegar libre el viento.
Sin la corbata del miedo
sin las cadenas del destino.
Y puedes encontrarme
en el camino
hacia todos y ningún lugar,
hacia el Sol, hacia la Luna,
hacia el infierno,
hacia el Edén.

Abre

Abre la ventana
al susurro de mi voz
a la hora
que cante el sueño
en la mirada del Sol,
que la noche caiga
a orillas del horizonte
y disimule tus ojos
un mar de estrellas.
A la espera
de mis besos al viento
de amor sin distancia.
A la espera
del silencio
que grita tu nombre
a escondidas
del ruido prestado,
del bullicio constante
que reina entre Tú y Yo.
Y deja
que enrede tu cabello,
tu pensamiento
en un juego de caricias
en el tablero desnudo
de nuestros cuerpos,
en un juego
de secretos al cuello
escritos a piel
en mordidas de placer,
de mareas y tormentas
a media cintura...
O cierra
y echa las persianas
a la Luna,
que ya
soñaré yo por los dos.

Melodía De Luna

Canta la marea
a orillas de mis pies
al vaivén
en caricias de espuma,
en olas rotas
de vida y amor.
Y aleja la duda de mi voz,
calma mi corazón
en lucha interior
entre ángel y demonio,
entre lobo o cordero.
Dando tregua
a la locura interminable
del ruido del pensamiento,
del constante encuentro
entre realidad y ficción,
entre historia y sueño.
A orillas de mis pies.
En paz.
Bajo melodía de la Luna
en voz de la mar.

Dejémonos

Dejémonos de juego,
de disimular frente a la cámara,
de ponernos la máscara
y seguir como si nada el guión.
Dejémonos
de forzar la risa a media mueca
por compromisos de juicio y fe
estando sin estar en el papel.
Dejémonos
de negar la helada realidad,
el infierno tras el telón,
tanta pelea y discusión
por ver quien tiene razón
en puñaladas por la espalda
buscando herir el corazón.
Dejémonos.
Dejémonos
de soluciones imposibles,
de arreglar el castillo de naipes
con más peso que estructura
que se desmorona hora a hora.
Dejémonos
de buscar escusas, pretextos
que no soportan el tiempo
y digamos sin más adiós,
y a otro cuento,
sin remordimiento por qué dirán
sin parar el reloj ni mirar atrás.
Pues mañana renace el Sol
con otro pan bajo el brazo,
con una nueva oportunidad
para que encontremos
Tú y Yo
la felicidad que merecemos,
y volvamos a creer
en las noches de magia,
en los susurros entre sonrisas,
los días enterrados en caricias
...
La vida que extraviamos los dos.

Tú Y Yo

No me vendas sorpresas
ni me hagas teatro
o de nueva
disimulando delante de mi,
porque lo he visto
en tus ojos,
en tu forma de sonreír,
me quieres, de forma especial,
de mentira, de verdad,
como yo a ti.
Como se quiere al silencio,
al amante secreto,
a quien desborda la piel.
Como se quiere a la noche,
a la mitad perdida
que nunca ve amanecer.
Como se quiere a la vida,
al corazón,
a la luz del alma, del ser.
Y me puedes negar
tres veces cada mañana,
y cuatro también,
frente al espejo,
frente a tu mirada,
pero no voy a desaparecer
de tu interior, de tu voz,
inevitable
en la alcoba entre latidos
de tu pecho
donde el sueño somos Tú y Yo.

Flechas A La Carta

No llevo armadura frente tus ojos
ni armas a tu guerra
y me da igual
ser el monigote al final del puñal,
la risa de dos por cuatro
en labios del universo
herido de corazón por el destino.
Porque tengo claro dos cosas,
te amo
y sigo vivo
sin huir de mi latido
en un campo de batalla sin bandos
donde todos pierden
a golpes de olvido,
desmembrados de recuerdos.
Y no descartaré el As de mi mano,
de mi pensamiento
por la victoria a otro palo
que aún no ha salido
ni mostrado su estandarte
sobre el tapiz de la vida.
Sobre los cruces y caminos
en contienda bajo bandera blanca
de miradas, de palabras,
en silbidos de flechas a la carta
de punta hueca
sin pelos ni silencios en la lengua.

Queda El Viento

Puede
que sea tarde
y no te vuelva a ver.
Puede
que no tenga oportunidad
de mirar a tus ojos
otro amanecer.
Puede
que jamás
vuelva a susurrar a tu oído,
a tenerte contra mi piel.
Puede ser.
Que quede el viento
para enredar tu cabello
y volverte a besar
en carta y versos
con palabras y nudos.
Con los labios mordidos
en deseos de cristal,
en sueños rotos,
en fantasías de fe.
Puede ser.
Que quede la marea
para recorrer tu cuerpo
en un mar de caricias.
Que quede el Sol
para dedicarte la sonrisa.
Que la Luna
me preste su mirada
para proteger tu cielo
insomne
y tenerte en mis brazos
cada estrella, cada noche.
Puede ser.
Cada cuento, cada historia,
cada invento del coco
que al amanecer
me ponga frente tus ojos
aunque no te vuelva a ver,
aunque no tenga oportunidad
de decirte te quiero al oído
pegadita contra mi latido.
Puede ser.
Mientras quede el viento.
Puede ser.
Puede ser... Amor.

Bad Boy

Soy el chico malo,
la oveja negra,
el cordero extraviado
o eso dicen
a primer vistazo,
aunque nunca
me hizo el hábito
ni vestí de seda
los defectos de mi traje.
Y he sido malo,
oscuro
y he estado
más perdido que hallado
en el fondo de un vaso.
En callejones sin salida,
malos barrios,
compañías de un rato.
Pero no soy
un matagatos
al gusto de nadie
aunque en vez de uno
fueran cuatro.
Porque tengo muescas
de buenas victorias
y pago
las facturas del pasado.
Sin el remordimiento,
la culpa
de querer hacer daño,
con la conciencia
tranquila y honesta,
pero sin escusas
a mi mano en el fuego,
a mi dedo en el gatillo,
a la víctima, al herido
por culpa de mis pecados.
Y perdonen
mi osadía
si cada día sigo adelante
si sonrío a la vida
en disculpa
a mi sediento olvido
sin el recuerdo amargo
de la soledad, del silencio,
sin la pesada cruz
de saberme crucificado,
de saberme en el infierno
tras el tercer dia,
tras el tercer año
de resucitar de la muerte,
del suicidio
el latido,
la voz,
la flor,
la fe
de un corazón herido,
de un corazón sacrificado.

La Ocasión

Nunca el reloj nos dio la hora
ni repicaron las campanas
cuando hubo lugar,
nunca tuvimos reserva con el destino
ni cita
donde actuar de corazón y verdad.
Nunca
tuvimos ocasión
y siempre tenemos oportunidad.
Sin pensar de más
en mañana,
en las trabas, las faltas,
en que como todo... Puede salir mal.
O bien
si la fe no falla al esculpir la realidad.

Lobos Y Manadas

Hay manadas de muchos tipos
e incluso lobos solitarios
sin escrúpulos, voraces frente la presa
en cada línea de nuestra historia.
Una caza al género
enmascarada en tradiciones y miedo,
en guerras caníbales,
en sombras al amparo de la noche...
En escusas sin disculpa.
Dónde las faltas son de la víctima
y la razón aplaude al pecado
como una retorcida gracia del destino.
Y corren nuevos tiempos
con la persecución aún en marcha,
aunque gritemos en masa,
se abarroten las plazas
en comunión de hermanos y hermanas.
Aunque las leyes cambien 
ese poco mejor que nada 
que no sirve, asusta ni escarmienta
y aún menos coloca en su lugar
al culpable, al violento por fallo técnico.
En el siglo veintiuno,
con los pies, dicen, en la Luna,
mil canales por persona,
control veinticinco horas al día
y ojos en todas las esquinas.
Ojos
de opinión, de credo, de depredación,
que miran, que ven, que esquivan,
ojos
que no utiliza la ciega y atada justicia.

Siempre A Tu Alrededor

Siempre estará para ti
aunque no lo veas,
aunque no te abrace
en la noche, en el alba.
Siempre
sin barreras ni fronteras,
sin pasaporte o billete,
sin invitación ni fiesta.
Sin susurros ni ruido.
A un segundo,
a un millón de kilómetros.
En una mota,
en un mar de estrellas.
Bajo el Sol
o a la hora de la siesta.
Siempre.
A elección de tu corazón.
En el interior de la flor,
en la raíz del alma,
en el tiempo
que dediques a quererte,
a sentir
el universo imperceptible,
el beso invisible de luz,
la caricia que protege.
El te quiero
sin nudos en la voz,
la existencia
del Amor
siempre a tu alrededor...

Recreos

He subido montañas
con medio palmo de metro
en descansos de media hora
y navegado océanos
a vela y a remo
saltando sobre charcos.
He resuelto laberintos
de cuento y baldosas
de camino a la compra
de dos bollos y cuatro vienas.
Y surcado estrellas,
besado la Luna
y visitado mil un planetas
una mañana de lluvia
en ventanilla
en siete estaciones y un billete.
He disfrutado
bajo la piel de más de un traje
con tres esposas y cinco bodas
en seis rondas y cuatro bares
con más agua que vino
en una fuga, en un respiro.
Y oído música
en palabras de la tormenta
sin paraguas ni chubasquero
bajo una cascada de caricias.
He vivido
de cuerpo y pensamiento,
de piel y corazón
con la imaginación libre
de pretextos
a parecer loco, absurdo, necio,
a dejar huir un instante de luz,
la oportunidad de sonreír
en el juego de pausas,
en el tiempo entre distancias
que recrean la voz del alma.

Dos Vidas

Tengo un destino escrito
de mi puño y letra
contigo al lado
tras cada línea, tras cada promesa.
Sin faroles ni caras de póker
en cada palabra de sangre,
en cada latido hilado a tinta
con vida propia
e historia... De media cuartilla.
Y pinto
cada escenario de sueño
e invento el día a día,
la noche,
las risas a escondidas.
Las conversaciones, las miradas,
las caricias.
El beso, el alba, la paz a mediodía.
El abrazo, el guiño, el susurro...
El te quiero,
la voz
libre del silencio y de la mentira.
Como una segunda vida,
como una primera vida
despierta
de perdices
al margen de una realidad ficticia.

Sueños Sin Ilusión

No me hago ilusiones
aunque viva entre sueños,
porque se puede soñar despierto
pero no vivir dormido
ni descansar entre espejismos
que ni llegan ni desaparecen
como burlas del destino.
En manos de un horizonte
a orillas del abandono
sin Sol ni camino
como escenario circense
para el títere sin cabeza ni juicio.
Con la realidad del mundo
bajo los pies
a un paso, a un esfuerzo
de saciar la sed
en oasis entre tanto desierto,
entre la soledad, el silencio.
A un paso de dejar huella
en otro corazón
con la sonrisa sincera del alma,
con la voz del pecho
sin dudas, mentiras ni secretos.

Sexto

Tengo cinco sentidos
y un sexto contigo
que me dice, me canta al oído
las palabras de tus ojos,
las intenciones que envuelven tu piel
cuando no dices nada,
cuando callas
a una caricia, a dos disparos
de las estrellas de tu alma.
Y no sé
si acierta, falla o está a medio camino
entre el dicho y el hecho,
con la locura sin razón
y la fuerza... Atada al pecho.
Pero que me quiten la sonrisa
y lo bailado de manos de la Luna
que me quedo el cuento
a la realidad con tanto desperfecto.
Aunque haga los coros
ciego
al silencio de un sueño
tras la voz incierta del sexto lazarillo.