22 de febrero de 2017

A Fuego

Algún día seré sólo polvo
o como mucho arena de reloj
que rellene un par de recuerdos,
que quede en sueño sin época
ni piel por vestir
y no quiero finca de roble o pino
ni monedas para el barquero,
sólo una fiesta de fuego
para no despertar en oscuridad
ni por alimento del silencio
cuando la cuenta llegue a cero,
cuando toque la campana
que llame a la última palabra
en la misa sin pan ni vino,
en el punto final
o el comienzo de quién sabe,
pues nadie regresó jamás,
del paraíso o del infierno,
del limbo o sus alrededores,
donde puede todo sea genial
y el amor aire que respirar,
pero aún no es el momento
de cruzar la frontera del adiós
ni de predecir el absurdo
ya que queda bastante camino
en huellas que borre la marea
o descalzo sobre la hierba
antes que no haya marcha atrás
y el latido en vida deje de amar.