30 de enero de 2017

Amanecer

Tus labios no son míos
ni lo serán jamás
pero sí
mi eterno capricho
en silencio o voz,
en mordida o beso,
como diamante entre gemas
o Sol en cielo de estrellas
y no puedes
ocultar al mundo tu sonrisa
bajo luz de Luna nueva
ni tampoco a mí,
pues no es tu forma de ser,
tú eres de seguir en pie,
de ignorar sombras
y no dar lágrimas a fantasmas
por apariciones en hueso
ni a los muertos en vida
de corazón abierto,
así que esperaré,
sin criar paciencia de más,
que te canse vestir de negro
y el latido gélido
por coraza de alma y piel,
para disfrutar la magia
en labios del mejor amanecer.