Hagamos un tiempo muerto,
una pausa en el camino,
ignoremos al destino,
ignoremos al destino,
improvisemos un encuentro.
Un momento, tú y yo solos,
con el extenso universo
como único testigo
de lo que queramos decirnos.
Así, que escoge lugar,
elige entre noche o día,
dado que a mí, me da igual
yo, solo quiero... Tu compañía.