7 de enero de 2016

¿Cómo defino el Amor?

De mil formas oí hablar de amor. La gran mayoría intentando definir el concepto, la sensación de jolgorio que provoca en el interior, esculpiendo con palabras los latidos que va dictando a distinto ritmo el corazón, en ocasiones resaltadas con alegres melodías, en otras exentas de palabras, pero rebosantes de luz convertida en mil matices, en color.
Pero no todo son palabras de felicidad, ni se usan en exclusiva colores del arcoíris, el negro, también sirve, y la escala de grises, grandes canciones de amor en compañía de melodías tristes. Pero el amor es así, alegre y afligido, un sentimiento al que te entregas con facilidad y que con la misma sencillez te hace sufrir, ver el mundo del revés, cubriendo de oscuridad donde antes brillaba luz.
Creo que ahí, surgen los que hablan del amor como una batalla sin fin, como una lucha interminable en la que solo pueden participar, almas incansables, que no les importe sufrir, abrir el pecho, hacer frente a las dudas, almas que arrojen los miedos al viento, a los profundos océanos, voluntades que da igual cuantas veces se caigan, porque siempre ganan si las comparas con las que se levantan, con la intención de volver a arriesgar, de participar una vez más. Es el precio de este juego, hacerte daño si tropiezas, igual, que cuando aprendiste a andar, y el resto, lo deberías saber, tal vez, llorar un poco, sanar las heridas, alzarte, volverlo a intentar.


El amor no se puede simplificar, no serán unas pocas palabras las carceleras de su extensa forma, ni yo lo voy a intentar, siempre vi el amor, como algo de lo que hay que participar, una forma de vivir, por eso no lo pienso definir, pero si, contar día tras día, lo que provoca en mí, la forma que adopta cada vez que pienso en ti, pues eres la única, que consigues hacer sentir amor en mi.