Eres la
mujer
que me
saca de mis casillas,
la que
pone mi mundo del revés
o lo
vuelve del derecho, no lo sé.
La que
me conduce a la fina línea entre
cordura y locura
y me
enseña por igual cielo e infierno.
La única por la que siento celos,
por la
que, a veces,
me quiero
arrancar el corazón del pecho.
La que
sé, es mi mayor adicción,
pues me
diste de beber
del peor
elixir… El del amor.