Nunca
fui sincero,
pero tú,
tampoco,
jamás cerraste la puerta,
yo la veía
entreabierta,
como si quisieras
que otra vez pasara.
¿O fue
fruto de mi imaginación,
del
deseo latente en mi corazón?
Creo
que no,
que
simplemente no fuiste clara,
no me
dijiste que abandonara,
no
destruiste mi esperanza,
como si
temieses que te olvidara,
o te
gustase jugar con mi alma.