Dedico exceso
de tiempo tras páginas en blanco,
decidido
a controlar el torbellino de pensamientos,
inmóvil
ante la duda producto de las emociones,
sin
saber distinguir entre ideas y sentimientos,
entre
sueños subconscientes o caprichos de la mente,
con pánico
de expresar los dictados de la voz interior,
procurando
no traspasar la fina línea de lo correcto
y ese es mi estúpido motivo… Para estar en silencio.
y ese es mi estúpido motivo… Para estar en silencio.